Existen dos fechas que cualquier mexicano conoce y nunca olvida: el 15 de Septiembre, aniversario del inicio de la lucha por la Independencia de México; y el 20 de Noviembre, fecha que conmemora el inicio de la Revolución Mexicana en el año 1910. Pero ese mismo día, 20 de Noviembre, ocurrieron algunas otras cosas que son dignas de mención:
En 1914, nace en Durango el escritor José Revueltas, quien desde muy temprana edad y hasta su muerte, fue siempre un disidente del sistema político mexicano en todas sus vertientes. Además de escribir novelas y cuentos, también fue guionista, ensayista y crítico político; analizó tanto las estructuras económicas de México, como el sistema universitario.
Desde su primera novela, Los muros de agua (1941) deja de manifiesto su maestría en el uso del lenguaje coloquial y en la compleja construcción psicológica de sus personajes. En obras emblemáticas como El luto humano (1943) y Dios en la tierra (1944) se ocupa de la idiosincrasia de su país. Otras como Los días terrenales (1949), y Los errores (1964), causan escándalo por sus cuestionamientos políticos. Sus trabajos teóricos México: una democracia bárbara (1958) o Ensayo sobre un proletariado sin cabeza (1962) –entre otros– dejan de manifiesto su pensamiento crítico. El apando (1969) es su última novela.
En noviembre de 1968 fue detenido y confinado en la cárcel de Lecumberri por su participación en el movimiento estudiantil de 1968. Tres años después obtuvo su libertad. Finalmente, en abril de 1976, murió a los 62 años de edad dejando en México un importante legado literario.
En 1916, se inaugura en Tacubaya, Distrito Federal, el Observatorio Meteorológico Nacional.
Inicialmente, el Observatorio Meteorológico estuvo en el Castillo de Chapultepec y en el Palacio Nacional, pero debido al inicio de la Revolución se trasladó al edificio del Ex-Arzobispado de México, donde compartió espacio con el Observatorio Astronómico Nacional.
Para 1942, el edificio del Observatorio Meteorológico quedó solo, porque el Observatorio Astronómico fue trasladado a Puebla, y posteriormente a Baja California.
Actualmente, en el edificio del Ex-Arzobispado se aloja el Instituto Panamericano de Geografía e Historia, sede del Observatorio Meteorológico Nacional, y cuenta con un gran acervo de mapas para consulta pública.
El Observatorio Meteorológico y Astronómico de México se creó por decreto presidencial, bajo iniciativa del Secretario de Fomento, Vicente Riva Palacio, el 6 de febrero de 1877 y dependiente de la Comisión Geográfica Exploradora del Territorio Nacional; fue inaugurado el 6 de marzo de ese mismo año, durante el gobierno de Porfirio Díaz y se instaló en la azotea del Palacio Nacional. En 1878 el Observatorio Meteorológico y Astronómico se trasladó al Castillo de Chapultepec. En 1889 se iniciaron las actividades del Observatorio Sismológico en el mismo edificio de Tacubaya donde se ubicaba el Observatorio Astronómico, bajo la dirección del Sr. Felipe Valle.
En 1952, se inaugura el Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria.
Esta magna obra, catalogada por la UNESCO como Patrimonio Mundial, “fue construida en tan sólo dos años”, ya que el proyecto inició en 1950 e inaugurado el 20 de noviembre de 1952.
Los arquitectos fueron tres: Augusto Pérez Palacios, Jorge Bravo y Raúl Salinas Moro, quienes quisieron aprovechar que en este terreno ya había una hondada natural, por lo que se siguió excavando para llegar a nivel de cancha y la gradería baja que también está remetida, mientras que el material que se extrajo en este excavación se utilizó para construir el mismo Estadio Olímpico.
Este espacio deportivo tiene una capacidad para 69 mil espectadores. También cuenta con 41 túneles de acceso que son entradas y salidas, las cuales permiten su desalojo en tan sólo unos minutos de ser necesario.
Es el primer estadio en todo el mundo en contar con una caseta diseñada exclusivamente para transmisiones, situada en la parte más alta de la parte poniente, conocida popularmente como “Palomar”.
Originalmente el Estadio Olímpico fue construido por las justas de Fútbol Americano, ya que era el deporte universitario en la década de los 50, el primer partido se jugó el 29 de noviembre de 1952. Es decir nueve días después de que se inauguró oficialmente la Ciudad Universitaria y fue un clásico universitario entre el Instituto Politécnico Nacional y la Universidad Nacional Autónoma de México, ganando los universitarios, los pumas 20 a 19 en la última parte del partido.
Además, la creación del Estadio Olímpico no sólo dio una casa deportiva a los universitarios, sino a la identidad PUMA, animal que escogió Roberto “el Tapatío” Méndez, quien había sido un jugador excelente que se convirtió en el Coach del equipo y fue él quien eligió este animal como mascota porque aseguraba que el puma reunía ciertas características que él quería para los universitarios: él veía al puma como un animal rápido y ágil, pero también noble e inteligente, y esas eran al menos las cualidades que quería en los universitarios que jugaban americano.
De hecho, en honor al “Tapatío” Méndez a nivel de cancha, justo bajo la cabecera sur, existe un busto del Coach universitario.
Esta sede deportiva originalmente se llamaba Estadio de Exhibición, pero fue hasta 1968 que cambió su nombre al de Estadio Olímpico México 68. De hecho, para ese año se instaló el pebetero a fin de que se encendiera ahí el Fuego Olímpico. También fue sede de los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe, los Panamericanos y actualmente es casa de los Pumas de fútbol soccer, así como de los Pumas fútbol americano.
La Casita de Coyoacan se encuentra a tan sólo 15 minutos de este icónico estadio y de las instalaciones de la Ciudad Universitaria.
Y nos sentiremos encantados de decirte Bienvenido a Casa.
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